Explosión mental.
Hay veces que, sin previo aviso, tu alma estalla sin querer y una nube de polvo gris se presenta ante tus ojos.
Minutos después, y de forma increíble, el gris oscuro se convierte en blanco impoluto y te muestra todas esas asperezas que no te dejaban avanzar.
Lloras, desgarras todo lo que hay en tu interior, pero las lágrimas limpian el desastre.
Ahora lo ves todo claro, vuelves a encaminar tu mirada hacia delante.
Después de la tormenta siempre viene la calma.
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