miércoles, 7 de noviembre de 2012

La barra del bar.


Sobre su lomo descansan las copas de un grupo de amigos que, a pesar de sus diferencias, celebran desde hace años y entre risas, el cumpleaños de Luis, uno de los más jóvenes de la tropa.

A escasos metros, Ricardo purga la pena dejando que sus lágrimas se pierdan en el whisky.  Ya no compartirá más besos con Lorena en la esquina más tímida de la barra del bar.

Esteban ya se marcha, hoy dejó la mitad de su tercera cerveza. Los años se reflejan en las primeras canas que asoman por su coronilla. Se conoce cada centímetro de la barra del bar. Pero Gloria le espera en casa desde las diez, con un cabreo monumental.

Hoy, Laura y Bea han venido juntas. Luis se ha fijado en Bea, y busca su mirada al final de la barra del bar. Ella, como a cualquier hombre, lo evita. Lo que de verdad le interesa es la mirada de Laura.

Claudia lleva cuatro horas detrás de la barra. Empieza a sentirse cansada, y la inevitable preocupación maternal la invade. Esta noche Javi, de siete años, dormiría en casa de la abuela. 

Cada noche, nuevas historias. Testigo eternamente silencioso. 
Cada persona es un mundo, y cada barra de cada bar es un tesoro repleto de testimonios.




Fotografía estenopeica analógica realizada con cámara Pinhole. ISO 200. Tiempo Exposición 4' Positivada por mí.

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